En numerosas ocasiones nos sentamos con personas para asesorarles en sus finanzas, quedan gratamente sorprendidos por todo lo que aprenden a Planificar su Vida Financiera.
Se explican conceptos e información que nadie antes les dio aunque lleven años tratando con entidades financieras en las que depositaron su confianza. A menudo, han contratado algún producto por su recomendación, sin más información de qué es un buen producto, pero, ¿para quién es un buen producto?.
En la mayoría de los casos, las personas confían debido a la información y formación que se les aporta en cuanto a cómo funciona el dinero y cuales son los pasos adecuados para ir dando.
Es curioso, ver como a partir de ese momento, la entidad financiera con la que el cliente ha estado trabajando le hace alguna propuesta muy distinta a las que hasta ahora le había hecho, no vaya a salir una partida de dinero de la entidad con ese cliente…
Curioso también es escuchar los adjetivos que utilizan: “te vamos a ofrecer un producto hecho a medida”, sin haberle hecho las preguntas necesarias como para saber cuáles son sus necesidades a medida.O por ejemplo, “te vamos a ofrecer un producto bueno” ¿qué significa bueno, es qué hasta ahora no eran buenos?.
En Barymont tenemos la creencia de que no hay productos buenos o malos, si no que son idóneos o no en función de los intereses que tenga cada cliente. ¿Por qué si tienen otro tipo de productos que según dicen son buenos, no se los ofrecieron antes?
Aquí dejo a cada cual que por lo menos se plantee la respuesta adecuada, yo tengo la mía.